Por Claudia Tellez, Regional Manager Cono Sur KAYAK
Aunque la humanidad lleva más 2,5 millones de años en el mundo, los primeros registros históricos existentes recién datan de luego del 3.000 a.C., año aproximado de invención de la escritura. Desde entonces, las personas han dejado todo tipo de documentación acerca del funcionamiento de las sociedades en las que vivieron.
Un lugar se puede descubrir a través de su historia, que es contada por su arquitectura, monumentos, iglesias, parques y paisajes. Ciudades milenarias, arquitectura imponente e incluso vestigios de conflictos bélicos son algunos de los principales motores del turismo histórico, conocido como aquel que aprovecha los acontecimientos del pasado para atraer a entusiastas de la materia provenientes de todo el mundo.
Las colonias españolas en Latinoamérica, principalmente en el sur del continente, moldearon un estilo arquitectónico que se puede apreciar en los diferentes países de la región. Sin embargo, en pocas ciudades se conservan fuertes militares o navales que los europeos instalaron en nuestras tierras. Situación contraria sucede con otras construcciones como santuarios, iglesias y catedrales, absolutos colosos de la época de dominación europea, de los que hay al menos uno en cada poblado y que no suelen tener menos de cien años. Estos son sólo unos de los ejemplos que se pueden citar de monumentos de siglos anteriores que otorgan un valor significativamente alto al turismo de un lugar.
Los edificios, lo que ellos representan y los importantes acontecimientos que sucedieron tanto dentro como fuera de ellos son una parte fundamental de la historia. Pero la historia no se desarrolló solamente en entornos urbanos. Basta con citar la Cordillera de Los Andes para demostrar este punto: el cruce del General José de San Martín desde Argentina hasta estas tierras entre enero y febrero de 1817 es uno de los hechos más trascendentales para el comienzo del proceso de Independencia de Chile, por lo que caminar por el Paso de Los Patos será un grato encuentro con el comienzo de este suelo, como país.
Sin embargo, no siempre es posible conocer el pasado desde el propio lugar de los hechos, ya sea por estar cerrado al público o porque no existe más. Es por eso que los museos se convirtieron en excelentes atracciones para aquellos que buscan una estadía más tranquila en su destino con vistas a su enriquecimiento intelectual. Estos establecimientos están abiertos prácticamente todos los días y cuentan con guías más que capacitados para brindar un panorama completo acerca de la historia del país. Pero también es posible conocer el paso del tiempo de estas tierras a través del arte precolombino, que permite saber cómo vivían sus habitantes en sus años anteriores a la invasión europea en materia cultural y de creencias divinas.
La historia chilena está cimentada en los pasos que dieron ciudadanos de países europeos en territorio nacional, no solamente quienes llegaron como colonizadores, sino también aquellos que se fueron de sus tierras natales queriendo escapar de los múltiples conflictos que asolaron el viejo continente durante el siglo XX. Las Guerras Balcánicas de finales de los 80 y los 90 dejaron secuelas visibles en esa zona, pero que son atractivas para gente de todo el mundo. Igual situación sucede en Alemania con el Muro de Berlín, una de las marcas más significativas de finales de la última década del siglo pasado.
Continuando con Europa, Italia supone un caso único, porque fue la cuna de dos de algunos de los periodos más importantes de la historia mundial, como fueron el ascenso, expansión y caída del Imperio Romano; y el Renacimiento. De ambas épocas quedaron registros arquitectónicos fabulosos. De la primera, el máximo exponente es el Coliseo, del que queda gran parte en pie aunque con algunas reformas. De la segunda, prácticamente todo quedó conservado en un excelente estado. Cualquier parte de Roma, Florencia, Venecia y muchas otras ciudades puede ser un recorrido por el florecimiento cultural e intelectual del humano desde el siglo XIV.
Hay millones de lugares por descubrir, desde KAYAK recomendamos que una vez que tengan el destino seleccionado, armen una lista de actividades por realizar en el lugar y lugares por descubrir. Desde visitar un museo, caminar por tal avenida o asistir a un espectáculo determinado. Perderse entre las callecitas de una ciudad es mágico, pero para descubrir sus secretos siempre es mejor investigar antes y planificar la estadía.
La historia es un recurso invaluable para nuestra población, para saber qué hechos hicieron que nuestra posición en el mundo sea la que es actualmente. Pero también es una oportunidad increíble para que los turistas también puedan conocerlos de primera mano y con sus propios ojos, lo que también supone una importante fuente de ingresos para la economía local y que no debe ser desperdiciada.
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