El Eclipse Solar, un regalo de la naturaleza

Estos fenómenos son bastante distanciados en relación a nuestros años de vida.  Son oportunidades únicas para entender lo importante que es vivir nuestra vida, el tiempo que tenemos para conectarnos con ella y con nuestro entorno, ya sea mirando hacia arriba, hacia abajo o cualquier lado, agradeciendo a cada minuto, la sensación de sentirnos vivos. esta es oportunidad de conectarnos con los otros, con uno mismo y con la naturaleza, cuidarnos mutuamente y cada vez ser más conscientes de estar despiertos para ver estas grandezas de la naturaleza.

Por: María Teresa Mosqueira García
Fundación ConSciencia Aflora -Fundadora y Presidenta

Chile, en estos últimos días del año 2020, fue privilegiado al observar un eclipse solar en su totalidad, donde llegó a su punto máximo y por unos minutos, en la Región de la Araucanía, en el sur de nuestro país, un fenómeno extraordinariamente bello, que tocó el alma de todos y cada uno de los que vivenciamos esta experiencia.   Estando de día, de un momento a otro, se volvió noche y se oscureció totalmente, siendo testigos – en escasos dos minutos – a las estrellas brillar en el cielo.

Esto significó que – en pleno día – la luna pasó frente al sol y tapó su luz, fuente de energía, y por ende, todas las energías emanadas de esta fuente, fueron modificadas.  Fue una noche a plena luz del día que tuvo una cortísima duración y que, mágicamente, el sol apareció rápidamente a retomar su lugar, alumbrando nuevamente el día.  Fue un maravilloso e inolvidable cierre de año, pudiendo sentir cómo la energía se sostiene a sí misma, a través de movimientos que a veces no somos capaces de comprender y con seres humanos felices de participar de este regalo, sintiendo una emoción inexplicable, con tan sólo observarlo y vivenciarlo en un único sentimiento de asombro, agradecimiento y amor total.

Un eclipse solar total sucede cuando el sol, la tierra y la luna se alinean de tal forma, que la luna se interpone en el recorrido de la luz del sol antes que la luz llegue a la tierra, es decir, la luna se coloca entre el sol y la tierra y es por eso que no vemos la luz solar.  La luna es muchísimo más pequeña que el sol, pero como está mucho más cerca de la tierra, vemos que cubre al sol en su totalidad.  Se da cada 200 o 300 años en un mismo punto de la tierra y es de duración de aproximadamente 2 a 3 minutos.  Un fenómeno cósmico que vemos desde nuestro hogar.  Cuando el eclipse no está todavía en su totalidad, se pueden ver sombras de medias lunas en el suelo o en las hojas de los árboles.  No es recomendable, por ningún motivo, mirar de frente al sol, ya que daña los ojos por la fuerza que trae la energía solar a la tierra.  Igualmente, minutos antes de la totalidad del eclipse, el aire se enfría de manera impactante y la temperatura, en algunos lugares, cae fuertemente y esto es porque la luna bloquea la luz del sol y el calor.  Esto confunde también a los animales nocturnos por algunos minutos.  También, en este maravilloso fenómeno de la naturaleza, cuando el eclipse está en su totalidad, se ve en la corona del sol su campo magnético.

Nos hemos dado cuenta entonces, de la interconexión existente entre, ya no sólo el medio ambiente terrestre, sino el medio ambiente cósmico, donde tienen protagonismo todos los satélites y planetas, unidos a todos los seres vivientes de nuestro hogar común, la tierra.

Definitivamente, la naturaleza es un ser vivo que nos contiene.  Tiene cuatro elementos que se entrelazan entre ellos, siendo cada uno especial: el agua, la tierra, el aire y el fuego.   Nos hemos dado cuenta que todo ser viviente camina de la mano con este gran ser viviente que es nuestro hogar y que, como tal, debemos ser conscientes de conocer todas las facetas que inciden en nuestro existir y que dan forma a todo lo existente.  La naturaleza tiene su inteligencia única y funciona con ciclos permanentes en el ad aeternum.  En definitiva, nace, se desarrolla y muere, en ciclos distintos y únicos.

Tal vez ahora, al estar más atentos de esta relación nuestra con nuestro entorno, es que nos damos cuenta que – para estar vivos- debemos proteger, cuidar, conocer y respetar todos los ciclos de los ecosistemas que sostienen a la Tierra, ya que al destruirlos o ignorarlos, finalmente, somos nosotros mismos los perjudicados al producir cambios negativos y contra natura en la Vida.

Al mirar hacia el cielo y contemplar la profundidad de la existencia, también podemos ver la grandeza de lo que somos al entender esta conexión, donde todos y cada uno, sentimos el mismo asombro de ser partícipes de un misterio enorme como es el existir y vivenciarlo.  La naturaleza no necesita de adornos, está simplemente para que la contemplemos y nos maravillemos, nos da inteligencia pura y sabiduría, solamente mirándola y aprendiendo de ella.

En los últimos días de este año 2020, veremos otro fenómeno extraordinario y es la alineación de Júpiter con Saturno, que se encuentran cada 20 años, danzando en el cielo, juntando y alineándose cada vez más, lo que dará origen a una gran estrella brillando en el universo, que podrá ser vista desde nuestro hogar, que es la tierra. 

Estos fenómenos son bastante distanciados en relación a nuestros años de vida.  Son oportunidades únicas para entender lo importante que es vivir nuestra vida, el tiempo que tenemos para conectarnos con ella y con nuestro entorno, ya sea mirando hacia arriba, hacia abajo o cualquier lado, agradeciendo a cada minuto, la sensación de sentirnos vivos.  Sentir esa fuerza que nos emana para descubrirnos también como seres únicos que somos y que tenemos la oportunidad de maravillarnos de esta energía que nos sostiene y que se muestra a través de nosotros mismos y de todo lo manifestado, a través de diferentes formas.

Agradecer esta única oportunidad de conectarnos con los otros, con uno mismo y con la naturaleza, cuidarnos mutuamente y cada vez ser más conscientes de estar despiertos para ver estas grandezas de la naturaleza.

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