Para nadie es desconocido que la industria del turismo representa una de las actividades económicas de mayor crecimiento, tanto es así que la Organización Mundial del Turismo (OMT) señala que “entre los años 2000 y 2020, en todo el mundo, viajarán por motivos de turismo, más personas de las que lo han hecho en toda la segunda mitad del siglo XX y que el 2020 el número de turistas alcanzará a 1.600 millones al año, lo que equivaldría a una inversión de al menos 2.1 trillones de dólares. Estas cifras nos muestran que el turismo resulta ser uno de los sectores más importantes para cualquier economía y de allí la importancia de gestionarlo adecuadamente.
Sin duda uno de los factores determinantes a la hora de gestionar cualquier organización y favorecer su desarrollo y crecimiento es la comunicación, ya que es vista como una variable que influye en la efectividad y productividad de una organización y por tanto debe ser trabajada con una visión estratégica.
La industria turística no está ajena a ello, y la comunicación en este ámbito cumple una doble función. Por una parte es un medio para transmitir información y contenidos a través de la promoción, la influencia, la persuasión que ejerce sobre un segmento de potenciales turistas o viajeros y donde juegan un papel preponderante las relaciones públicas, el marketing y la publicidad a través de medios masivos, y en donde se diseñan diversas estrategias y procesos comunicativos eficientes y efectivos que cumplan con el objetivo de promocionar un destino turístico determinado.
Pero por otra parte, la comunicación en el turismo puede ser analizada desde una perspectiva cultural, toda vez que el turismo y los viajes favorecen el intercambio sociocultural de los países, el intercambio de saberes y el crecimiento cultural, reforzando y revalidando las tradiciones y la identidad de los pueblos, lo que en definitiva permite un desarrollo sustentable.
La comunicación cumple un rol fundamental en el posicionamiento del sector turístico, y sobre todo cuando la tendencia es que la experiencia de viaje vaya más allá del mero descanso y la recreación sino que pretende convertirla en una experiencia única, cultural y de aprendizaje.
Ver el turismo como un proceso de producción y de consumo cultural resulta ser un enfoque interesante en las sociedades contemporáneas, en donde se organiza el tiempo libre, el ocio y el descanso de manera distinta y donde la segmentación que hace la industria, hoy en día es tan variada.
Leave a Reply