Más de 300 islas y dos mil playas forman parte de Angra dos Reis; un lugar donde la naturaleza sorprende a todas sus visitas, invitándolos a bucear en sus aguas cristalinas, a practicar surf en sus playas ventosas o a disfrutar del ocio, siempre con una vista espectacular.

Imagine un lugar donde la naturaleza se acerca a la perfección. Angra dos Reis es así; una ciudad de la Costa Verde del estado brasilero de Rio de Janeiro, rodeada por 365 islas, con más de dos mil playas y una diversificada vida marina que la convierte en uno de los mejores puntos de buceo de Brasil.
Las atracciones son tantas que necesitaríamos varias páginas para describirlas todas. Hay opciones para todos los gustos. Si quieres sol y playa, hay sol y playa. Si se va en busca de aventuras, hay aventura. Si se prefiere el lujo y la relajación, Angra es ideal.

La mejor época para viajar a Angra es entre octubre y abril, cuando el clima es más cálido. Y si viaja para practicar buceo, en Angra hay muy buenas condiciones de visibilidad prácticamente todo el año.
Hay cuatro islas principales que vale la pena conocer. Islas Botinas, conocidas como “Ilhas Irmãs” o “Ilhas Gêmeas”, llevan ese nombre porque su forma recuerda a un par de zapatos; tienen exquisitas aguas transparentes que invitan a bucear.
La isla de la Gipoia, es la segunda mayor isla de Angra y una de las más buscadas por los visitantes por sus pequeñas playas. Para los que buscan más movimiento, en la playa del Dentista (Jurubaíba) hay bares flotantes; por su parte, en la playa de las Flechas, además de sus aguas cristalinas los turistas llegan por su exquisita gastronomía. La playa Brava en cambio es ideal para quienes quieren hacer surf, y la playa de las Amendoeiras es para quienes quieren practicar buceo. Se debe llegar por vía marítima, saliendo del puerto de Santa Luzia, en el centro de Angra dos Reis.

La isla de Cataguás -formada por dos pequeños trechos de tierra originados de la Serra do Mar- recibe a muchos turistas por su espectacular estructura de bares y quioscos. Por último, la isla de Paquetá tiene de un lado aguas calmas y brisa constante; de otro, su mar se caracteriza por tener pequeñas olas y un fuerte viento.
La región es considerada un paraíso ecológico y cultural. Sus principales atractivos son los paseos en barco, playas para la pesca, buceo y baño, varias islas y numerosos centros turísticos.
Los viajes en barco se pueden realizar siguiendo diferentes rutas -más cortas o más largas-, con paradas para nadar o buceo libre. La región también es ideal para deportes como el surf y rafting -el lugar ideal es el río Mambucaba-. En los viejos senderos, se puede nadar en cascadas y volar en parapente sobre el océano Atlántico, desembarcando en las arenas de Mambucaba.

Para visitar la isla Grande -la de mayor tamaño entre las 365 islas que rodean Angra dos Reis-, uno de los paseos más comunes es visitar Laguna Azul; es un buen punto para el buceo y la Parroquia Santana es destino obligado. El principal atractivo de esta ruta es la isla da Gipóia.
La Asociación de Barqueros arriendan barcos de arrastre paras las rutas alejadas del centro de Angra. Para los paseos en tierra, las agencias de viajes ofrecen paseos a caballo, canopy y rafting.
El centro de la ciudad se ubica en un área estrecha entre la montaña y el mar, lo que hizo que la ciudad creciera arriba del morro. En cuanto a su gastronomía, se puede encontrar de todo tipo de comida en Angra dos Reis, desde la tradicional cocina brasileña, hasta los platos más apetecidos de la cocina internacional.
Nació como una villa de pescadores y lugar de vocación portuaria, y se desarrolló en los siglos XVIII y XIX con la economía azucarera. Hasta hoy, pueden ser visitadas las ruinas de grandes molinos, como el de Bracuí y la Casa da Fazenda do Pontal. La ciudad aún guarda algunos atractivos históricos interesantes, como los Conventos de São Bernardino y el de Nossa Senhora do Carmo, además del caserío colonial y de los elegantes restaurantes.

El convento São Bernardino de Sena y la capilla de São Francisco datan del siglo XVIII y ocupan una colina en el Morro de San Antonio, con vista al puerto y la ciudad. En las ruinas del convento, se destaca el reloj original del campanario, y la capilla mantiene bellas imágenes sagradas. Aquí generalmente se realizan actividades culturales como shows y exposiciones que son todo un panorama.
Por otra parte, está la Matriz de Nossa Senhora da Conceição, que es la iglesia más rica del municipio, con imágenes sacras e indumentarias preciosas.
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